Esa es la combinación de
factores que hacen posible que, en nuestras propias barbas, nos roben los “Derechos”
heredados de nuestros “mayores”.
Y digo Derechos, con
mayúscula, porque, personalmente, no admito que se trate de privilegios, ni,
que, como nos quieren hacer creer, resulten “insostenibles”.
Lo cierto es que, desde la
revolución industrial para acá se ha creado mucha más riqueza y, además, los
enormes avances científicos de las comunicaciones (transporte) y telecomunicaciones
(información), hacen posible su redistribución, cosa que antaño no era tan
fácil.
Desfachatez, del mundo del dinero (bancos y grandes empresas) que no tienen
empacho en pedir más y más, para aumentar, aún más, lo que ya les sobra
(beneficios).
Y de sus “administradores”
que saquean las arcas de sus propias empresas mediante sueldos, bonus, planes
de pensiones, derechos sobre acciones y otras artimañas que, si las leyes se
aplicaran con sólo un poco de sentido común, les haría merecedores de la
confiscación de sus bienes y largos años de reclusión.
Despropósitos de nuestros gobernantes que, casi sin excepción, consienten que la
soberanía de los estados a quienes representan, se someta a las “ordenes” de quienes con su
irresponsabilidad, avaricia y engaños han desbaratado, en repetidas ocasiones
(la última hace menos de 3 años), el funcionamiento del sistema económico,
llevándose por delante el orden social y los derechos e ilusiones de los
ciudadanos.
Despropósito mayor aún si se
tiene en cuenta que, estos imbéciles (me refiero a nuestros gobernantes y
lamento utilizar este adjetivo, pero es el que me parece más apropiado), parecen
ignorar que cuando hayan liquidado los “bienes” de los estados que representan,
esos mismos “mercados” a los que han sacado del atolladero, les pondrán, a
ellos también, de patitas en la calle porque ya sólo les necesitarán para
reprimir a las poblaciones.
Y Mansedumbre, la nuestra, la mía, la tuya , la del otro, que asistimos
idiotizados a este saqueo, confiando en que “nuestra propia casa” no se queme
y, que ya vendrán tiempos mejores.
Y no es cierto: Cuando arden
Grecia o Irlanda está ardiendo nuestra propia carne y los tiempos mejores que
vendrán, serán peores, si no paramos los pies a los “mercados” y sus “sumos
sacerdotes”.
Luego, no nos lamentemos.
Adjunto 4 reflexiones, entre
sesudas y satíricas, pero todas, a mi juicio muy acertadas, sobre lo que está
ocurriendo.
Y otra más, de Rosa María
Artal, que marca un camino, que deberíamos emprender cuanto antes mejor, que es
el “Impago de la Deuda Inmoral”
Ya se hizo anteriormente.
Y gracias a ello, los países
del cono Sur, (y, más recientemente, Islandia) han podido sobrevivir a la
destrucción y la miseria que les dejaron el FMI y el Banco Mundial, con la
ayuda de las embajadas de los EEUU y, de momento, se mantienen al margen de “la
debacle”.
Leerlo, o no, es tu
decisión.
Yo, predicador impenitente (e
iluso), me limito a ponértelo “a mano”
Saludos.
4 reflexiones
Y, una propuesta, de largo
recorrido.
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