Carta abierta al Sr. Presidente de Gobierno
Y, con ligeras variaciones o modificaciones, a la señora Ministra de Economía, a la señora Merkel, al señor Trichet y, en general, a todos los responsables políticos que en los últimos tres años vienen tomando decisiones “por nuestro bien” sin consultarnos, y con el resultado patente de que nosotros “los de abajo” quedamos comprometidos por “su palabra dada”, casi “de por vida”, a pagar las tropelías de “unos pocos”.
Y, con ligeras variaciones o modificaciones, a la señora Ministra de Economía, a la señora Merkel, al señor Trichet y, en general, a todos los responsables políticos que en los últimos tres años vienen tomando decisiones “por nuestro bien” sin consultarnos, y con el resultado patente de que nosotros “los de abajo” quedamos comprometidos por “su palabra dada”, casi “de por vida”, a pagar las tropelías de “unos pocos”.
Y “esos pocos”, no sólo se van de rositas
después de haber puesto patas arriba nuestras economías (nacionales y
personales), sino que, además, nos amenazan y extorsionan cada día.
Madrid 25 de abril de 2011
Señor Presidente de Gobierno
D. José Luis Rodríguez
Zapatero
Complejo de La Moncloa
Avda. Puerta de Hierro s/n
28071 Madrid
Me llamo Pedro González y el resto de mis
datos se consignan en el formulario que hace posible que este escrito
“electrónico” llegue a quien, en “sus cercanías”, tenga por misión espulgar las
ocurrencias de ciudadanos como yo.
Me dirijo a usted (sea quien sea), ideologías al margen, en mi
condición de “ciudadano raso” que asiste, perplejo e indignado, a los vaivenes
a que el llamado “sistema financiero internacional” somete a diario nuestras
vidas y la estabilidad de los Estados Nacionales bajo cuyo amparo y cobijo, mal
que bien, las hemos vivido hasta el presente.
Escucho y leo que "el
mercado exige ya un 20% de interés a la deuda griega" mientras el
banco Central Europeo le presta a ese mismo “mercado” nuestro propio dinero al
1,25 % de interés y sin prácticamente límite alguno.
Escucho y leo que esos mismos bancos que reciben nuestro dinero al 1,25% de interés del BCE y “exigen” un 20% de interés a países como Grecia, han ganado el año pasado 15.000 millones de Euros, “Los bancos reparten 7.500 millones entre 4,5 millones de accionistas”. Y que se trata de una “política prudente” ya que “sólo reparten la mitad de los beneficios”.
Escucho y leo que “Telefónica” se jacta, en el mismo foro y en el
mismo acto, de haber obtenido los mayores beneficios de su historia y su
voluntad de mantener y acrecentar “el dividendo” en los próximos años y, a la
vez, anuncia un “recorte de plantilla” que afectará a 1 de cada 5 de sus
empleados.
Y entretanto, les veo, a usted y a la mayoría de nuestros
gobernantes, democráticamente elegidos por la ciudadanía, soportando impávidos
tamañas amenazas e insultos a la dignidad y el sentido común, y aconsejando
además a portugueses, griegos, irlandeses e islandeses que se arrodillen un
poco más, que renuncien a los escasos derechos sociales que les van quedando,
que malvendan a “los mercados” lo poco que queda de aprovechable en manos de
“los estados”.
Y ¿después qué?, señor presidente, ¿con qué piensan ustedes
“calmar” a esos mercados? y, sobre todo, ¿con qué piensan ustedes “gobernar” y
mantener al “Estado” que somos todos y nos representa, querámoslo o no, a todos?.
Siento vergüenza viéndoles a todos ustedes genuflexos ante el
Moloch del dinero, reculando día tras día ante las embestidas de las “leyes económicas”
como si éstas tuvieran un rango superior a las Constituciones de los países y
los Derechos de las personas. Sobre todo a algunos como usted que, no hace
tanto tiempo, afirmaban defender exactamente lo contrario.
Perdóneme que le reprenda, pero tengo derecho a ello y, también, a
recordarle que su legitimidad como gobernante se la dio “el pueblo”, no “el
mercado”.
Y que aunque legalmente es usted muy dueño de usar dicho poder de
representación como mejor lo estime, moralmente no debiera utilizarlo para
hacer todo lo contrario de lo que prometió (defender a los débiles) y mucho
menos sabiendo sobradamente que algunas de esas decisiones, aparte de contar hoy
con el rechazo de la práctica totalidad de los ciudadanos, comprometen nuestro
futuro y deja atados de pies y manos a quienes vengan detrás de usted.
Puestos a “reducir el déficit” que tanto les preocupa a todos,
tanto se consigue recortando “el gasto” (el del Estado se supone que es
redistributivo) como aumentando los ingresos (impuestos).
Y en ese aspecto usted, aparte de subir el tipo de IVA (que afecta
más a los de “abajo” que a los de “arriba”) no ha movido un dedo; y mire que
ese es un caladero exuberante y repleto. Y, si no, compruebe cómo funciona la
casilla “022” del IRPF que permite tributar al 19% el dinero obtenido de “las
rentas” sea cual sea su cuantía, mientras exige hasta el 43% al que se obtiene
“del trabajo”
No concibo como ustedes pueden tener “el cuajo”, perdóneme
nuevamente, de seguir negando el “dinero barato” que el BCE casi regala a “los
bancos”, a Grecia, Irlanda y Portugal, obligando a esos países y a sus ciudadanos
a vivir cada día peor, mientras le facilitan "a manos llenas", ese mismo dinero a "ese sistema financiero” que finalmente se lo prestará a estos países con unos
tipos de interés de auténtica usura una vez se hayan comprometido a malvender
el país y el alma para poder devolverlo.
Me dirá usted que el Banco Central Europeo es “independiente” y
hasta estoy dispuesto a creérmelo, pero no menos “independiente” debiera ser el
presidente de mi país para decir “basta”.
Y, si otras instituciones u otros países han olvidado a quien deben servir, negarse con educación, pero con firmeza, a seguir ofreciendo nuevos “sacrificios” al dios del dinero.
Y, si otras instituciones u otros países han olvidado a quien deben servir, negarse con educación, pero con firmeza, a seguir ofreciendo nuevos “sacrificios” al dios del dinero.
No se trata de “dar una patada al tablero” sino de “retirarse del
juego” e iniciar una nueva partida con otras reglas.
No se preocupe, que estoy convencido de que a un país como el
nuestro, no lo sacarán del sistema (tienen demasiado que perder) y, en todo
caso, “más vale estar sólo que mal acompañado”.
Finalizo, aunque aún querría decirle otras muchas cosas, con una
reflexión que, si no me han engañado (internet es lo que tiene), se hizo hace
ya mucho tiempo, en 1802, el tercer presidente de los Estado Unidos de América,
el Sr. Thomas Jefferson profetizando, sin pretenderlo, lo que está ocurriendo
200 años después.
Con todo el respeto y mi firme voluntad de, pese a ustedes, seguir
creyendo en la democracia.
Pedro González
Quizá
no estaría de más que las personas que, más o menos, compartimos esta visión de
“las cosas” enviáramos por “el conducto reglamentario” (a veces es por donde
más duele) misivas similares a los distintos “irresponsables” que hoy mal-administran
nuestros derechos.
Ahí
queda a disposición de quien la comparta literalmente, o de quien quiera
modificarla para que cada cual, si es su gusto, la envíe en su propio nombre.
Transcribo
la dirección electrónica a la que pueden remitirse.
Lógicamente,
habrá que identificarse.
Presidente de Gobierno
También
por correo postal a la siguiente dirección:
Sr. D. José Luis Rodríguez Zapatero
Complejo
de La Moncloa
Avda.
Puerta de Hierro s/n
28071
Madrid
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