tPeriodistas en babia
PRISA anunció ayer en una nota de prensa que cierra CNN+ y renuncia al espacio en la TDT que ocupa hasta el 31 de diciembre el canal todo-noticias para cedérselo a Telecinco.
Según el comunicado, el cual ha de leerse varias veces y casi necesita de la Piedra de Rosetta para ser descifrado, el grupo mediático planea la creación de un canal de actualidad más modesto que estará disponible en las plataformas digitales.
El cierre de CNN+ es triste más allá de la opinión que unos u otros podamos tener de su línea editorial, muy parecida a la de “El País”, abiertamente beligerante contra los países del ALBA y casi de apoyo a las medidas neoliberales con las que el Gobierno trata de “apaciguar a los mercados”, unos entes que ya han adquirido la apariencia de un demonio mitológico de dos cabezas en el imaginario colectivo.
Digo que es triste, porque nos deja una TDT, aun más lejos de la que nos prometieron al llegar el apagón analógico. Como en tantas otras cosas, la propaganda institucional era mentira y ni el avance técnico es tan grande, ni la mayoría de la programación está adaptada a la Alta Definición, ni tenemos una televisión de mayor calidad y no digamos de mayor pluralidad.
Películas viejunas, telefilmes de segunda fila, reposiciones de series, la telebasura de Telecinco multiplicada por toda la parrilla y a todas horas –enserio ¿Cuando empieza y termina Sálvame?- , una pléyade de tertulias de ultraderecha y un canal cedido por Veo7 a un grupo ultracatólico mexicano –la13-.
CNN+ no es perfecta, pero tiene espacios de valía y entrevistas con gente interesante. Por no mencionar que tiene a un Gabilondo con la melena suelta cuyos editoriales que se están convirtiendo en un auténtico “must see”.
Si no se la cargan, lo único que nos queda es la pública. RTVE aun mantiene programas de calidad en su parrilla tanto en la1 como en la2: Buenas series y películas buenos programas culturales y científicos, concursos, programas sobre Internet, documentales de naturaleza – que contrariamente al chiste habitual, son lo más visto de La2- y una rareza encantadora que sólo podría estar en una televisión pública, que es Ciudad K.
La esperanza de la TDT, poca, está en la televisión pública; aunque no estaría de más que el Gobierno “socialista” explicara algún día su política de concesiones. Todas, incluidas las privadas, se otorgan en base a una función de servicio público. Cuesta darse cuenta viendo la televisión actual que empuja a una buena parte de la audiencia a buscarse alternativas.
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