Algo
grave teme el gobierno en los próximos días para tener necesidad de forzar tanto
el funcionamiento de la máquina de humo.
En
este caso dirigiéndola a pleno rendimiento contra los sindicatos. En unos casos
presentando como novedades asuntos bastante viejos: “Lo
que los sindicatos deben aclarar” (El Economista 12-X-2013).
En otros mintiendo mediante la burda exageración en el titular: “UGT
y CCOO ingresan 500 millones desde 2003 que no han justificado” (I. Flores, El Economista, 12-X-2013).
O
incluso llamando al motín (por si cuela) dentro de uno de los grandes
sindicatos: ¿Por
qué no cesan a Cándido Méndez? (Amador G. Ayora, El Economista,
12-X-2013)
Y
todo esto en un mismo día y sin salir de un único diario.
Supongo
que está a punto de producirse alguna desagradable novedad judicial en los casos
Blesa, Balears, Urdangarín, Gürtel o Bárcenas (que, en esencia, es el mismo) y la
prensa afín necesita una copiosa ración de carnaza para sus portadas y
telediarios con la que tapar las vergüenzas del partido que les paga y al que
se deben.
Y
quisiera dejar claro que con esta opinión no pretendo minimizar la gravedad del
uso indebido de los dineros asignados para “cursos de formación” que desde hace
ya muchos años se han convertido en la mayor fuente de financiación de los
grandes sindicatos y, en menor medida, de las grandes patronales.
Y
digo en menor medida de las grandes patronales, no porque reciban una cantidad
menor (realmente reciben más dinero que los sindicatos) sino porque las
patronales tienen, además, otras muchas y más saneadas fuentes de financiación.
Esas
ingentes cantidades de dinero que en su mayor parte llegan “de Europa” se han
convertido en el “ganapán” de muchas personas y empresas directa o
indirectamente ligadas a los sindicatos, las patronales y fundaciones afines a
los partidos (¿qué fue de Fundescam?) que en muchos casos han impartido razonablemente
dichos cursos y ayudado a la mejora de la cualificación de los trabajadores y
en otros (demasiados) han servido de “tapadera” para pago de favores, compra de
fidelidades y enriquecimiento personal
de algunos; Además de, en el caso de los sindicatos, convertirse en la
principal fuente de financiación con la que poder pagar la “nómina” y el
funcionamiento de la organización.
Todo
ello indeseable y poco transparente.
Pero,
ni es novedad, ni es algo que afecte exclusivamente a los sindicatos.
Por
eso es por lo que sospecho que cuando tienen que recurrir, aprisa y corriendo,
a sacar tales trapos del fondo del baúl, es porque posiblemente temen
que el juez, Ruz, el juez Castro, las autoridades suizas, o vaya usted a saber quién,
están a punto de dar algún paso que, pese a la docilidad de la fiscalía y la
amable indulgencia de los tribunales superiores, pudiera resultar peligroso y
de difícil “reparación”.
Y,
si no: Al tiempo.
O,
eso, o piensan perpetrar alguna barbaridad mayor de lo habitual.
Saludos.
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