Leo a estas horas que, en mitad de las clases, unos agentes judiciales se
llevan el mobiliario, los pupitres, las pizarras, los aparatos del gimnasio y
hasta las tizas de un colegio, en cumplimiento de una orden de embargo. Embargan
el mobiliario de un colegio de Madrid mientras los alumnos daban clase
Afortunadamente, al parecer, no se han llevado a ningún niño.
Me pregunto si no podrían haber esperado a que terminara la jornada
escolar, simplemente por evitar tensiones y traumas sicológicos.
Simultáneamente asisto, atónito y avergonzado, a la carrera en que un par de gobernantes autonómicos (gente de orden y honda raigambre cristiana)
se ha embarcado para conseguir que, en su territorio, se instalen un casino y una
casa de putas. El
magnate que se disputan Aguirre y Mas prevé ganar en España decenas de miles de
millones
Debe ser lo que se llama invertir de I+D (Indignidad y Descrédito).
Y, además, el “mangante” en cuestión parece que va a conseguir de "El
Estado" que, además de regalarle los terrenos y ponerle el dinero para iniciar la
aventura, se le garantice un “espacio de alegaliad” el que no rijan, ni la
constitución Española, ni nuestras leyes fiscales, ni nuestras leyes laborales o de "control de fronteras. (Léase inmigración)
Una especie de Guantánamo fiscal, laboral, moral y de orden público, además
de la libre repatriación de los beneficios.
Menos mal que tenemos un gobierno “como dios manda”, al que le preocupa
la imagen de España.
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