A propósito del fallecimiento de D. Manuel Fraga Iribarne

Afortunadamente un gran número de ciudadanos, entre los que me incluyo, procuramos respetar la ley, no escrita, de no vilipendiar a los muertos independientemente de la poca consideración que nos merezcan.

Por este motivo me he abstenido de hacer comentarios sobre la persona del hoy difunto D. Manuel Fraga Iribarne. Fundamentalmente por respeto a sus familiares y las personas que en vida le apreciaron.
 

Y ello pese al deseo de puntualizar algunos de los panegíricos y loas que he venido escuchando desde ayer, basados casi todos ellos en una interpretación sentimentaloide del respeto a los muertos.
 

Sin embargo una cosa es no hacer leña del árbol caído (y cuando morimos, verdaderamente somos árboles caídos) y otra muy distinta el enaltecer al finado ponderando unas virtudes que en vida no le reconocimos.
 

Por eso me ha alegrado sobremanera leer hoy en el diario Público la columna de Ignacio Escolar  "El respeto a los muertos" en la que, con todo respeto y delicadeza, deja constancia de algunos comportamientos que, por la fechas y circunstancias en que se produjeron y por respeto a otros muertos tan dignos de respeto, o más, que D. Manuel Fraga Iribarne, no pueden silenciarse.  

Sobre todo para mejor conocimiento de quienes, por razón de edad, no le conocieron.
 

En un tono, igualmente respetuoso, pero algo menos piadoso y más desenfadado, Isaac Rosa, en el mismo diario Público, también glosa su memoria.  "Hoy toca hablar bien de Fraga"

Saludos.